viernes, 25 de abril de 2014

La estructura de los textos

La estructura de los textos

Cada tipo de texto tiene una organización especial; conocerla facilita su interpretación. A continuación presentamos las estructuras generales más frecuentes y las específicas de los textos literarios y periodísticos. Con todo, es importante recordar que el objetivo del comentario no es darle un nombre a la estructura, sino distinguir las partes que componen el texto y explicar su organización.

Estructuras principales

Los autores usan habitualmente diversos procedimientos para organizar la información y dejar claros los conceptos. Estos pueden afectar a todo el texto o a partes del mismo. Los más frecuentes son los basados en el razonamiento lógico:

a) Estructura inductiva. «Inducir» es ir de lo particular a lo general. En los textos inductivos se parte de la exposición de datos o ejemplos para llegar a una conclusión de carácter general. Puede denominarse también estructura «sintetizante».
b) Estructura deductiva. «Deducir» es extraer ideas concretas a partir de conceptos generales. En los textos deductivos se enuncia primero la idea general y se aplica luego a casos particulares, ejemplos, detalles concretos, etc. Esto permite «analizar» la idea inicial en sus diferentes aspectos, por lo que suele denominarse también estructura «analizante».
c) Estructura circular o de encuadre. Es una variante de la estructura deductiva. Se presenta al principio la idea general, después se tratan los casos concretos y finalmente, en la conclusión, se retorna la idea principal.
d) Estructuras de pregunta/respuesta o problema/solución. Propias, por su valor didáctico, de los textos expositivos.
e) Estructura de causa/consecuencia. Muy utilizada en los textos expositivo- argumentativos.
f) Estructura de ejemplificación. Se presentan casos concretos donde se cumple lo afirmado con carácter general.
g) Estructura de comparación o contraste. Se indican similitudes o diferencias entre dos o más objetos, seres, o ideas.
h) Estructura enumerativa. Consiste en una lista de propiedades, cualidades, partes, etc., que describen un objeto o fenómeno.
i) Estructura cronológica o secuencial. Los elementos aparecen ordenados siguiendo un orden cronológico (textos de carácter narrativo) o indican las pautas de acción que el destinatario debe seguir (textos prescriptivos: recetas de cocina, instrucciones de aparatos, etc.)
j) Estructura paralelística. Se presenta un concepto (por ejemplo, el clima) y, a continuación, se amplía la información por apartados (mediterráneo, continental...).

Estructura de los textos narrativos

A la hora de determinar la estructura de los textos narrativos es importante tener en cuenta los cambios en las formas textuales, ya que el discurso narrativo predominante, la narración, se combina con otros tipos, sobre todo con la descripción y el diálogo. En los pasajes descriptivos el narrador aporta detalles sobre el ambiente en el que se enmarca la acción y sobre los personajes que intervienen en ella. Además, para hacer más vivo el relato, el narrador cede la voz a los personajes incluyendo pasajes dialogados o voces de diferentes formas (discurso de los personajes en estilo directo, indirecto o indirecto libre). Otras veces realiza comentarios al hilo de la narración (explicativo o valorativo) en forma de digresiones.
De manera general, la recreación de los hechos que hacen avanzar la acción suele seguir una estructura básica determinada por el orden cronológico de los acontecimientos:
• Planteamiento. Es el principio del relato, donde el narrador presenta al personaje o a los personajes más importantes; sitúa la acción en el tiempo y en el espacio y plantea la situación inicial que da origen al conflicto.
• Desarrollo o nudo. Es la parte central, en la que se desenvuelve la acción o conjunto de hechos que suceden tras producirse el conflicto (peripecia que altera la situación inicial generando un problema que hay que resolver, un deseo que hay que satisfacer...). Los personajes reaccionan y actúan ante el problema surgido.
• Desenlace. Es la conclusión del relato, donde se resuelve el conflicto de la historia, dando lugar a un final feliz, desgraciado o, a veces, incierto. Puede ser cerrado si se resuelven todos los conflictos planteados, o abierto, si se dejan a la imaginación del lector. Algunos críticos distinguen entre el «desenlace» o resolución del conflicto y la «situación final» derivada del desenlace.

Estructura de los textos poéticos

Las limitaciones impuestas por la brevedad y por la métrica hacen que el sentido de un poema esté estrechamente relacionado con su estructura. Para extraerla conviene tener en cuenta algunos aspectos:

• La estructura métrica elegida (tipo de estrofas y versos), que suele guardar relación con el contenido; por ejemplo, es frecuente que en un soneto se distribuya el mensaje de forma diferenciada entre los cuartetos y los tercetos.
• La estructura sintáctica de los enunciados, que resulta fundamental para comprender correctamente el poema y que puede coincidir o no con la estructura métrica.
• La situación comunicativa, en especial, la identificación de los interlocutores: ¿quién habla?, ¿a quién se habla?
• La combinación de las formas textuales básicas descriptivas, narrativas, dialogadas...

A continuación, destacamos los modelos organizativos (o estructuras) más frecuentes:

a) Esquemas de reiteración

Son sin duda los más habituales, ya que en ellos se fundamenta el ritmo, elemento definidor del texto poético. Además, son esenciales para lograr la cohesión textual y captar las ideas principales del texto, puesto que todo lo que se repite, destaca.
• Paralelismo: consiste en la repetición de estructuras sintácticas y semánticas (como en el poema de Luis Cernuda «Te quiero»).
• Anáfora: consiste en la repetición de una o más palabras al inicio de varios versos (por ejemplo, en el poema de Blas de Otero, «Fidelidad», se repite de forma anafórica Creo en...).

b) Esquemas de contraste

El poeta presenta dos realidades antagónicas: sentimientos, situaciones, ideas, cuyo contraste le sirve para estructurar el contenido: yo/tú, pasado/presente, aquí/ allí, aceptación/rechazo, presencia/ausencia... En el texto de Antonio Machado «Allá en las tierras altas», de Campos de Castilla, se establece el contraste entre el pasado feliz vivido con su esposa Leonor en Castilla (allá) y el presente triste y solitario de su presente en Andalucía.

c) Estructuras atributivas y comparativas

Se utilizan para definir o comparar conceptos. Miguel Hernández usa la comparativa en Como el toro...

d) Estructura inductiva, deductiva y circular

Por ejemplo, el poema de Blas de Otero, «Hombre», presenta una estructura deductiva y «Donde habite el olvido» de Cernuda, una circular.

e) Estructura ilógica caótica

Se presentan una serie de elementos sin orden jerárquico, como en el poema «Ciudad sin sueño» de García Lorca.

Estructura de los textos dramáticos

El texto dramático o teatral es un texto literario concebido para ser representado en un escenario y se define fundamentalmente por la presencia del diálogo, como texto principal, y por los apartes, como texto secundario.
Su estructura externa, depende mucho de la tradición literaria y de las convenciones de cada época. Es habitual la separación en actos, grandes apartados, normalmente tres, que se establecen en función del tiempo y del desarrollo de la acción. El primero de ellos suele corresponder al planteamiento de la historia; el segundo, al nudo o desarrollo del conflicto; y el tercero, al desenlace, parte final en la que se resuelve el conflicto planteado. Los cambios se indican con caída de telón, intervención del coro, cambio de luces, etc. La acción puede organizarse también en cuadros, que se establecen en función de las variaciones de espacio, ambiente o época... Las escenas vienen determinadas por la entrada o salida de algún personaje.
En la obra dramática, la estructura interna de la acción (planteamiento, nudo y desenlace) está definida siempre por un conflicto producto del choque de fuerzas contrarias, del que nace la mayor o menor tensión dramática.
Los fragmentos seleccionados para las pruebas de Selectividad pueden no corresponder a escenas completas, en cuyo caso se pueden analizar los llamados intercambios, fragmentos del diálogo con un mismo núcleo temático. Cada uno de estos intercambios, está a su vez dividido por un número determinado de intervenciones de los personajes.

Estructura de los textos expositivo-argumentativos

Aunque los textos expositivo-argumentativos ofrecen una gran variedad de estructuras, se suelen distinguir las siguientes partes:

Clases de argumentos

a) Causa.      
b) Consecuencia.
c) Comparación por analogía o contraste.
d) Ejemplificación.  
e) Datos, cifras u otro tipo de información objetiva.     
f) Argumento de autoridad.           
g) Proverbios o refranes.   
h) Argumento del sentir general o del sentido común.

a) Presentación.  Sirve para:

•  citar la noticia, hecho o idea que justifica el texto
•  presentar el tema sobre el que se va a argumentar
•  atraer la atención del lector
•  presentar la tesis o postura del autor

b) Cuerpo argumentativo o argumentación. Aporta las razones que sostienen la tesis: los argumentos.

c) Conclusión. Es el final del texto donde se confirma o se refuta la tesis y se recapitulan argumentos principales. Se puede cerrar el escrito con una interrogación o con una frase ingeniosa.

Según el lugar que ocupa la tesis se suelen distinguir varios tipos de estructuras:

• La estructura propia de los textos argumentativos es la de encuadre:   ya que la tesis aparece al principio y en la conclusión.
Es deductiva o analítica si la tesis aparece al principio y a continuación, los argumentos.
Es inductiva o sintética si figuran primero los argumentos o hechos y la tesis se desprende al final como conclusión.

Observación: La tesis,  a veces, no aparece de forma explícita y hay que deducirla de los argumentos aportados.

Cualquier hecho o idea puede emplearse como prueba a favor de una determinada  conclusión. Por ejemplo, en algunos artículos de opinión una anécdota narrativa sirve al autor para ilustrar su punto de vista. La función de argumentos se la confiere su utilización discursiva como apoyos para defender una determinada tesis.

Al igual que comentábamos al hablar de la estructura, no hay que preocuparse en exceso por clasificar o ponerle etiqueta a los argumentos aducidos por el autor; lo importante es demostrar que se han entendido las ideas, identificar la postura que defiende el autor y los argumentos que utiliza, y explicar la organización general del texto.

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